19.10.06

Se va un hombre, ¿se va un partido?

A estas alturas de los acontecimientos, huelga remarcar más sobre las grandes virtudes de Valentín Paniagua, por todos conocidas. Tampoco hablaré de las características de su gobierno, que arroja un balance positivo a nivel histórico, pero que a la vez tuvo serios desaciertos en la política antiterrorista, así como un desbalance al conformar una CVR lejos del paradigma equilibrado que los líderes de opinión de izquierda quieren hacernos creer, so pena de excomunión intelectual.

Me parece interesante preguntar acerca del destino del partido por el cual el carismático Chaparrón sacrificó sus últimos meses de vida, hasta quemar literalmente el último cartucho: Acción Popular.

Ante la muerte de Belaúnde, la asunción al poder de Paniagua y el merecido prestigio ganado resucitaron por un tiempo al movimiento de la lampa, que nació como una opción de centro izquierda a fines de los 50's y luego viró hacia la derecha en los 60's. A diferencia del APRA, Acción Popular nunca se llegó a consolidar como un partido de masas, y en su alianza con la DC y luego el PPC en los 80's, eligió el camino más cómodo de manejar un partido político en el Perú: el grupo reducido de dirigentes de cúpula que deciden todo de una manera central y vertical, para los cuales las bases son solo un grupo de gente que pega carteles y sirve de cantera de personeros en cada proceso electoral.

En lo personal, considero a Paniagua una figura de mucho mayor talla moral y con bastante más solidez filosófico-doctrinaria que Fernando Belaúnde, un mal presidente que tuvo la suerte de quedar como un buen recuerdo añorado al ser sucedido por Alan y Fujimori consecutivamente. Valentín era el símbolo de la importancia de AP, aunque sea como emblema moral y ficha a contar en los cálculos políticos. Pero tras él no se ven nuevos cuadros. No es lo mismo que cuando se murió Haya de la Torre y la pregunta era sobre el nuevo balance de poder entre Villanueva y Towsend, junto con el surgimiento de ese Anakin Skywalker del espacio-tiempo histórico aprista que fue Alan García en los 80's (en este nuevo período quiere reinvindicarse como al final del Regreso del Jedi).

No veo a nadie tomando la posta en Acción Popular. Es posible que veamos a este partido desvanecerse con la figura de Valentín Paniagua. Al ver las imágenes del velatorio en la Catedral de Lima, no solo me figuré que era por la memoria de nuestro ex-presidente, sino por la "lampa" misma, por el ya gastado movimiento político nacido en1956, hace exactamente 50 años.

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