26.10.12

Para desalojar La Parada: una idea al aire


Ayer fue un día negro para Lima. Hordas de delincuentes hicieron fracasar un operativo policial muy mal concebido entre la Municipalidad de Lima y el Ministerio del Interior para bloquear el acceso al ahora ilegal mercado mayorista de La Parada. El resultado fue 2 muertos, 100 heridos (entre ellos 66 policías) y saqueos en la pujante zona textil de Gamarra, visitada días antes por Hillary Clinton. La capital peruana se convirtió en Mogadiscio, y muchas de sus calles fueron tomadas por asalto por nuestro estrato más lumpenesco.

Es obvia la responsabilidad política de la alcaldesa Villarán quien, aunque insiste en que todo estaba "perfectamente planificado", por lo menos la ha asumido. También existe mucha responsabilidad entre los que planearon todo a nivel operativo. Pero este rápido post no es para chancar más a la ya, justamente, chancada burgomaestre o para hablar de cómo algunos recién se dan cuenta que el principio de autoridad es importante y necesario, al menos (por algo se comienza) cuando la autoridad es de izquierda. Críticas es de lo que más sobra en este momento.

Es de interés de todos que el traslado de los comerciantes mayoristas de La Parada a Santa Anita sea un éxito. Apuntando a ello el operativo intentó ayer bloquear físicamente las calles de acceso para evitar el ingreso de los camiones de transporte. Al ser un bloqueo físico, se enfrentaron directamente con los delincuentes que pululan la zona, al servicio de muchos (no todos) comerciantes opuestos a moverse.

Sugiero aquí otra aproximación, ya que andamos por twitter en plan de #Siyofueraalcalde:


En vez de barreras físicas que van a ser movidas o destruídas de manera constante, que además no solo requerirán permanente presencia policial sino que serán manantiales de múltiples enfrentamientos, puede resultar mejor dar una ordenanza de emergencia de restricción de transporte pesado en el área, pero una con una multa espeluznantemente alta. 

El transporte pesado y su exposición fuera de la zona de La Parada es el punto débil de los que se resisten a cambiar La Parada por Santa Anita.

Se ponen carteles de advertencia donde el camionero podrá leer "Usted está traspasando los límites de la zona restringida, y adentrarse conlleva una multa de (por ejemplo) 20 UIT)". La zona restringida no es inabarcable para estos propósitos. Y fuera de la zona, pero en sus entradas y lejos del área casi tomada por las hordas lumpenescas, policías o cámaras de vigilancia tomando nota de las placas de los camiones que osan entrar.

La multa se aplica una vez salgan de esta suerte de "Fuerte Apache", fuera de la zona peligrosa donde el policía puede enfrentar los riesgos que hemos visto. Y listo,  veamos cuántos camioneros intentan llegar al Valle Prohibido. Cero barreras físicas. Cero violencia. Cero enfrentamiento. Puro estrangulamiento comercial en las áreas vulnerables. Pura coerción económica en la yugular. Y así, un mercado que ya no debe existir, se verá simplemente sin oxígeno.

Vamos, no soy ningún experto en transporte pero tampoco he visto a los expertos muy exitosos con este tema. El fondo es que quiero hacer algo en vez de criticar, porque Lima es la ciudad donde vivo y que quiero con ese cariño masoquista que le profesamos sus habitantes. Y no quiero, en lo posible, que esto acabe con otra violenta batalla con muertos y heridos.

Esta consultoría además, si no convence, costó 0 soles y no los 7 millones que parece se han gastado en asesorías sobre este tema en la Municipalidad.

A poner el hombro todos en este tema más allá de antipatías políticas. El desalojo de este foco infeccioso y una ciudad mejor es el bien común.

UPDATE 1: Quienes leen la idea me dicen que 1. Multas impagas hay por montones 2. Los choferes no son dueños muchas veces del vehículo.

Entonces, la medida puede ser más seria: Confiscación preventiva del vehículo. Sea chofer o propietario resuelve 1 (el pago de la multa) y 2 (la amenaza de, aún no siendo dueño, quedarse sin herramienta de trabajo).

Gracias por alimentar esta idea de críticas y por la atención.

23.10.12

Romney vs. Obama (3) Caballos y bayonetas




“Usted mencionó que la Armada tiene menos barcos que en 1916. Pero Gobernador, es que también tenemos menos caballos y bayonetas, porque la naturaleza de nuestro ejército ha cambiado” (Barack Obama, 22/10/2012, Debate presidencial)


El último debate entre los candidatos norteamericanos fue sobre política exterior y no significó ninguna sorpresa que se inclinara a favor del actual presidente en proceso de reelección. Más que por méritos de Barack Obama, las serias deficiencias de raíz en los conceptos de Romney sobre seguridad internacional bastaron para verlo implosionar anoche.

En las dos entregas anteriores ya hemos mencionado que el resultado de los debates ha influído notoriamente en este proceso electoral. En todos ellos ha existido un notorio ganador, reconocido con alegría o resignación por ambas partes. El "marcador" de debates se ha puesto 2-1 y, tal como se han movido las preferencias del público, el presidente demócrata tiene una ventaja marginal y ligera, recuperándose del tropezón del primer debate. Pero las chances de Romney aún no han desaparecido y su elección como presidente aún es una posibilidad seria y preocupante.

Romney no es precisamente parte del ala más dura del partido Republicano, y aún así mantiene una concepción de rivalidad hacia Rusia como el principal rival geopolítico de los EEUU. Al respecto Obama bromeó sobre unos "años ochenta que estaban llamando a Mitt Romney" en alusión la vieja bipolaridad de la Guerra Fría. La cita con que comienza este post es una respuesta a una afirmación de un Romney muy convencido de equiparar los estándares de fuerza militar de comienzos del siglo XX con los de 100 años después. La cantidad de buques y el tonelaje en el mar ya eran engañosos en 1916 para medir el poder naval, y en una era de portaaviones, submarinos nucleares y drones lo es más aún.



El pensamiento de Romney es la versión moderada (imagínense la extrema) de la visión geopolítica de los halcones de su partido, quienes en vez de aprender de las pantanosas campañas de George W. Bush en Irak y Afganistán, quieren más de ellas. Si bien esto se explica por su cercanía con la lucrativa industria militar, también obedece a una pretensión hegemónica caduca de los EEUU, justificada por algún rival que lo mantenga alerta y con el músculo militar en tensión constante. Después de la caída de la URSS, los rivales fueron los del llamado "Eje del Mal" y esa franquicia del terrorismo omnipresente y etéreo llamada Al Qaeda. Pero parece que muertos Saddam Hussein y Osama Bin Laden, para Romney y los suyos solo cabe buscar un némesis más fuerte, y por ello la casi nostalgia por un conflicto con una Rusia autoritaria, pero apenas en recuperación del estatus de potencia regional perdido en los 90s.

Por otro lado, la cercanía de Romney hacia Israel, su amistad con Benjamin Netanyahu y el financiamiento de los círculos pro-israelíes a campañas anti-Obama ha comprometido algo la casi incondicional alianza con EEUU a los resultados de las elecciones. Aunque es casi imposible que Obama retire apoyo económico y militar a Israel en su segundo período, sí ha resultado evidente que la idea de una "línea roja" a cruzar (planteada para una intervención en Irán por su programa nuclear) es más laxa para el demócrata que para el republicano. Y por la estabilidad de la región más vale que siga así. En función a ello Romney quiso alinear a Obama con una despreocupación hacia el problemático aliado israelí. Para evitar ello Obama simplemente se mostró a favor de una fácil posición de respuesta hacia Irán en caso de un ataque hacia Israel. Pero es muy posible que esta posición tenga unas letritas no tan pequeñas al final del contrato: siempre y cuando no sea Israel quien inicie una ofensiva en Irán con un "ataque preventivo". Sea cual sea el resultado, la posición de EEUU hacia Israel es solo una cuestión de matices para el mundo árabe, que solo siente diversas intensidades de una alianza que no ha variado con el tiempo. En este tema para ellos, da lo mismo que los norteamericanos elijan entre Kodos y Kang.




Otro tema en que se acercaron los candidatos fue su visión de China como lugar "succiona-trabajos" y competidor injusto, pero a la vez aliado potencial. Fuera de ello, el Medio Oriente, Rusia, los acorazados, los caballos y las bayonetas, Latinoamérica permaneció aislada en sus discursos y posiciones, como si la región estuviera en Neptuno y no al sur del Río Grande. Considerando nuestra historia común con EEUU, nos va mejor así, fuera de su foco de atención primaria. Más que preocupar, nuestra ausencia en ese debate sobre sus regiones problemáticas simplemente nos debe aliviar. En otra época ya hemos visto sus caballos y bayonetas cruzando países hermanos. Esperemos que no elijan a Romney, quien es proclive de hacer ese tratamiento en Irán, con un desastre previsible. Como ya se ha mencionado, confiemos en que la tendencia del resultado de los debates sigan impactando en las preferencias de su electorado, aún uno que no sabe mucho del mundo que los rodea como el de los EEUU.

17.10.12

Romney vs. Obama (2) Finish him


Me preguntaba en el anterior post sobre la desastrosa performance de Barack Obama en el primer debate.
"¿Es una retorcida estrategia de asesores demócratas a un nivel patafísico para elevar a Romney un poco y hacerlo caer en el siguiente debate? Si es así, es un muy mal cálculo: el republicano estaba machacado y abajo en las encuestas antes del debate y ahora ha conseguido un segundo aire..."
 Efectivamente, Romney consiguió un segundo aire. Pero a la vez, también resultó que Obama guardó todos los golpes que no asestó en el primer debate y los soltó en una verdadera lluvia de aniquilación sobre un desprevenido Mitt Romney. En la nueva arena de debate, menos acartonada y con preguntas del público, el Obama cabizbajo y mustio de la anterior confrontación fue reemplazado por una figura con mirada fiera y expresión corporal dominante.  Armado hasta los dientes, tenía una batería de misiles apuntada a todos los talones de Aquiles de su rival: su favoritismo con los sectores más ricos de la sociedad, su discurso paradójico sobre una China donde las empresas de Romney evitan usar mano de obra norteamericana, su posición contra beneficios sociales como el Obamacare, o el golpe final asestado sobre el 47% de la población norteamericana al que denostó en una reunión cerrada. Quizá más por obra de las circunstancias que por un plan retorcido, el combustible que alimentó la recuperación de Romney en las encuestas hoy circula en sentido opuesto: el debate marcó su ascenso y puede marcar por la misma vía su caída.

Incluso los golpes de Romney fueron devueltos en su contra con mayor intensidad, como cuando afirmó que Obama no calificaba el atentado en el consulado de Bengasi, como un acto de terror. Cuando la moderadora Candy Crowley lo desmintió con un rápido factcheck, Romney quedó descolocado e incluso tartamudo,  perdiendo piso frente a una audiencia de decenas de millones de votantes, solo para ser rematado por Obama. El republicano ya había quedado muy dañado por innumerables malos momentos, entre ellos el ser cuestionado sobre sus diferencias con George W. Bush,  oportunidad que Obama aprovechó para recalcar que una gestión de Romney haría quedar como benigna la de Bush Jr.

Algunos expertos afirmaban que los debates no decidían mucho sobre las elecciones en EEUU. No será la primera vez que los hechos los desmientan. Basados en los recientes acontecimientos, probablemente suceda otro cambio de dirección en las encuestas como el que ya pasó con el despegue post-debate de Romney.

Y queda un debate más: política exterior. Este tema es justamente un punto débil de Romney, donde acaba de recibir golpes tempranos en los temas de Libia y China. Esperemos que no reaparezca el Obama mustio, sino el terminator que vimos hoy devolver el anterior KO, con altos intereses financieros. Finish him.

4.10.12

Romney vs. Obama: Horrible KO


O Ivan Drago vs. Apollo Creed. En el inicio de ese gran clásico del cine-arte que es Rocky 4, el subestimado retador ruso se enfrenta a la consagrada gloria del box norteamericano, con un historial de victorias ante pesos pesados como el propio Rocky Balboa. El soviético había pasado previamente por un entrenamiento muy duro, mientras que el yanqui entraba confiado en su experticia superior más que en su entrenamiento. Ante el aplomo de su rival, Creed pierde desde el contacto visual inicial, para luego (spoiler) caer fulminado por los golpes de Drago.

O Mitt Romney vs. Barack Obama. En el inicio de ese gran clásico de la política televisada que es el debate presidencial norteamericano, el subestimado retador republicano se enfrenta al consagrado candidato demócrata, con un historial de grandes discursos y victorias sobre candidatos más sólidos que Romney, como el mismo John McCain. El republicano había pasado previamente por un entrenamiento muy duro, después de arduos debates con los más espinosos y tercos personajes de la fauna republicana en las primarias. Su rival demócrata entró confiado en sus reconocidas dotes superiores de orador, antes que en un entrenamiento duro, porque contar con Kerry de sparring se puede considerar apenas calistenia para trotar alrededor del parque, no para una carrera de obstáculos a nivel olímpico. Ante el aplomo de la sorprendente performance de su rival, Obama pierde desde el contacto visual, algunas tartamudeces y el lenguaje no-verbal. La mirada esquiva, la posición encorvada por mirar sus notas y el rictus de preocupación contrastaban hasta para el ojo más distraído con el perfil erguido, la sonrisa confiada y las palabras seguras de su rival. En un medio como la TV donde importan más las apariencias, y en el arte del discurso donde la forma se impone al fondo, esto ha sido un gancho poderoso en la mandíbula del actual presidente.

No encuentro aún explicación para que quienes prepararon a Obama hayan descuidado tantos detalles  tan elementales para un asesor de imagen. Pero más intrigante aún es que incluso en el plano del discurso neto, Obama se haya negado a usar todo el repertorio de golpes mortales que existían para contraatacar a Romney, entre ellas  su denostación al 47% de los norteamericanos o muchas de sus dislocadas declaraciones sobre política exterior.

Los debates no suelen ser decisivos en las elecciones norteamericanas, pero sinceramente nunca había presenciado uno tan desigual en las ligas mayores de Washington DC. ¿Es una retorcida estrategia de asesores demócratas a un nivel patafísico para elevar a Romney un poco y hacerlo caer en el siguiente debate? Si es así, es un muy mal cálculo: el republicano estaba machacado y abajo en las encuestas antes del debate y ahora ha conseguido un segundo aire, ha llenado de optimismo a sus alicaídos partidarios del GOP además de ganarse para su causa un número aún no estimado de indecisos. Por el bien de la seguridad internacional, esperemos que Obama no caiga a la lona como Creed y tenga un buen contraataque preparado, para no dejar a los EEUU en manos de los halcones que acompañan a Romney.