Hay una frase clave que todo buen divulgador científico usa cuando comienza a explicar la teoría del Caos: el aleteo de una mariposa en un extremo del mundo puede causar una tempestad en el otro extremo.
Como sabemos, en Irak no aleteó una mariposa sino la fuerza aérea del país más poderoso del mundo. Y chapoteó su armada. Y desfiló su ejército. Y el país más poderoso del mundo cayó en una trampa más peligrosa aún que la vivida en Vietnam. Después de su realmente estúpida y antiestratégica incursión en Irak, los EEUU se ven ante el dilema de una moneda con ambas caras perdedora: quedarse en el país conquistado y sufrir una indefinida sangría humana gratuita, con efectos cada vez más graves en su economía, o retirarse del lugar envalentonando a sus rivales y dejando creado un avispero para fundamentalistas religiosos en lo que anteriormente era una cruel dictadura, pero laica y no propicia como semillero de la Jihad antinorteamericana, que era lo que estratégicamente importaba al Pentágono.
La situación no resuelta en Irak está haciendo metástasis en ese polvorín llamado Medio Oriente. La invasión del 2003 ha degenerado 4 años después en un mundo más inseguro. Un nuevo actor está a punto de dejar a los corifeos y recitar más líneas propias en el escenario de esta tragedia contemporánea: Turquía.
La situación es como una madeja con varios cabos e involucra una serie de actores relevantes en este caso. Para explicar claramente el asunto y no bajar los brazos ante el aparente desorden de la situación es necesario crear dos líneas que convergen este año. Ambas líneas comienzan en la Primera Guerra Mundial.
LINEA A: Con Turquía, Armenia y el Congreso de los EEUU de protagonistas.
En 1915 el Imperio Otomano, fulgurante estado antecesor de la moderna Turquía, era parte las Potencias Centrales en la Primera Guerra Mundial, aliado al Imperio Alemán, el Austrohúngaro y a Bulgaria. Los otomanos intentaron una ofensiva contra el Imperio Ruso en el Cáucaso que falló estrepitosamente en 1914. La culpa recayó en los armenios, usados como chivos expiatorios por el gabinete otomano, acusados de colaborar con el enemigo ruso. Para asegurar el país de futuros sabotajes, la población armenia de la Anatolia turca (esa gran península que conforma la mayor parte de la actual Turquía) fue deportada al sur del Imperio o usados de fuerza laboral forzada. Esta marcha, según la mayoría de pruebas históricas, fue un genocidio planificado, pues en el camino de su deportación millares de armenios murieron de hambre o fueron llanamente ejecutados por oficiales turcos. La escala de esta tragedia abarcó a casi toda la población armenia en el Imperio Otomano, y se cifra la cantidad de víctimas en 1 millón, de un total de 2 millones de armenios censados en 1914.
El moderno estado de Turquía, fundado por Kemal Ataturk, negó la responsabilidad en este genocidio hasta el día de hoy. Antes que una certeza sobre el tema se generó un debate, y la afirmación de la tragedia armenia como genocidio no llegó a tener la contundencia internacional del Holocausto nazi, debido a que Turquía siempre jugó con su baza geopolítica y su importancia estratégica para ello, tanto en la Segunda Guerra Mundial como en su valioso papel de aliado norteamericano en la Guerra Fría, desde donde se apuntaban misiles nucleares a la Unión Soviética. El escenario comenzó a cambiar cuando los armenios en la antigua URSS, se independizaron en 1991, y el nuevo estado de Armenia ahora con una delegación presidencial y un asiento en la ONU, comenzó una campaña internacional para que se reconozcan los crímenes turcos.
Esta campaña armenia llegó este año al Congreso norteamericano. A comienzos de Octubre, el patriarca de la Iglesia Católica Armenia hizo una dramática presentación en el Capitolio, instando a los legisladores a reconocer las dimensiones de la tragedia y a aprobar una moción en la que los EEUU reconocían el genocidio como un acto deliberado del estado antecesor de Turquía.
La comisión de Relaciones Exteriores aprobó la moción y está en suspenso su aprobación final en la Cámara de Representantes. Turquía amenazó a los EEUU de impedir el libre flujo de tropas y suministros a Irak a través de su territorio, y en vista de ello el mismo presidente G.W. Bush ha pedido al Congreso que, si bien "lamenta" los hechos de aquella época, no se debe aprobar la moción para "no generar mas odios en la región". La mayoría demócrata del Congreso hace presagiar que dicha invocación no prosperará.
Pero Turquía tiene un doble papel ahora, no solo como puente de los EEUU hacia Irak. Aquí entra la línea B.
LINEA B: Con Irak, el fallido Kurdistán, Turquía y el poder Ejecutivo de los EEUU como protagonistas.
La Primera Guerra Mundial acabó en 1918 con la desintegración de los tres Imperios Centrales. El Káiser de Alemania abdicó dando paso a la efímera República de Weimar, el Imperio Austrohúngaro simplemente estalló en pedacitos y el Imperio Otomano fue repartido en protectorados británicos y franceses. Estos protectorados fueron realizados trazando fronteras arbitrarias y poco estudiadas que atravesaban la miríada de pueblos del imperio multiétnico de los sultanes. Los territorios de Irak, Siria, Jordania y Palestina fueron delimitados de esta manera, más con un criterio político antes que nacional. Los resultados de ello se ven hasta ahora en los conflictos entre sunitas y chiítas. El gran ignorado del salón donde pluma y tinta sobre una carta geográfica trazaba el mapa del caos posterior, fue el pueblo kurdo. Identificable y con características propias distintas de los árabes, la oportunidad de reunirlos bajo un estado propio, con más unidad idiosincrática que el artificial Irak, se deshechó prontamente.
Los kurdos sufren la tragedia de ser un pueblo incrustrado entre 4 estados: Irán, Irak, Siria y Turquía, que de ser una minoría donde residen, han sufrido el acoso en diferentes momentos de cada estado donde habitan. El caso mas resaltante es el del Irak de Saddam Hussein, que masacró repetidas veces la población kurda, haciendo uso de armas químicas.
En la moderna Turquía, un radical movimiento terroristas, el Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK) de una ideología cercana a la de Sendero Luminoso, lleva actuando contra el Estado turco por décadas. El PKK estaba practicamente derrotado en el 2000 con la captura de sus cabecillas, pero un hecho externo lo reavivó: el Kurdistán iraquí había adquirido fuerza como un poder regional semiindependiente tras la Guerra del Golfo en 1991, y con mayor impulso tras la desintegración en la praxis de Irak en el 2003, y convirtiéndose en la única zona estable más allá del territorio donde se masacran el ejército del endeble estado neo-iraquí, el ejército norteamericano, los mercenarios extranjeros, las milicias laicas y religiosas, sunitas y chiítas.
Turquía advirtió a su aliado norteamericano desde la caída de Saddam que no consentiría el establecimiento de un Kurdistán independiente escindido de Irak, porque ello conllevaría de antecedente a una escisión de su propia tajada kurdistaní, pero la lógica geopolítica decanta por gravedad ante la formación de dicho estado al desaparecer Irak como un todo cohesionado. Los EEUU hicieron caso de las condiciones de Turquía, que por otra parte permitió el uso de su territorio para la invasión a Irak y para la logística norteamericana, lo que provocó un masivo descontento popular, la caída en desgracia de los partidos laicos, y la llegada al poder de un movimiento islamista (AKP, Partido de Desarrollo y Justicia) que le hace guiños al fundamentalismo.
La gota que derramó el vaso fue la emboscada a 13 soldados turcos en la frontera con Irak, en la praxis el Kurdistán iraquí, desde donde se abastece a los insurgentes kurdos en Turquía, y que sirve de seguro refugio al estar bajo la protección norteamericana.
Aquí confluyen las dos líneas.
El gobierno turco islamista del premier Erdogan hace de tripas corazón para mantener la alianza con los EEUU contra sus principios fundadores, basados más en el cálculo de la conveniencia pragmática de estar bien con el país gigante de Occidente y por su tradición antirrusa.
Pero al mismo tiempo aparecieron tanto el caso del genocidio armenio, como las consecuencias de un fáctico estado kurdistaní en la frontera sur. No solo la opinión pública turca, sino el mismo gobierno, reforzó su sentimiento de ser usados como una herramienta deshechable por los EEUU. La percepción turca es que el aliado norteamericano paga el apoyo turco, apoyando traicioneramente los intereses de los enemigos de Turquía. Los turcos no quieren verse como autores de un genocidio que los pone al nivel de la Alemania nazi, de la Camboya polpotiana y de los jefes de la guerra de hutus y tutsis. Junto con ello, ven ahora real el peligro antes conjurado de una escisión territorial kurda, y el aumento de la actividad terrorista del PKK.
El viernes 12 de Octubre, el embajador de Turquía en Washington regresó a su país "llamado a consultas". Los norteamericanos ya hablan públicamente de un "plan B" para abastecer a sus tropas. El vicepresidente del endeble gobierno de Irak ha volado a Ankara a tratar de ganar tiempo para ver si evita ver como Turquía invade suelo nominalmente iraquí (aunque fuera de su control real), mientras el ejército turco ya ha comenzado un bombardeo limitado de artllería sobre el suelo iraquí.
En unos días la Cámara de Representantes debe decidir sobre si el genocidio armenio fue responsabilidad de los turcos y entre tanto el Parlamento turco está pendiente de dicho gesto para aprobar el envío de tropas terrestres a ocupar el norte de Irak y enfrentar a los kurdos como lo exige casi todo el país, a riesgo de un colapso del gobierno del AKP.
Mañana seguiré en el tema con algunas conclusiones y posibles escenarios.
5 comentarios:
Esta bien la presentación del tema, aporta algunas claves. Tengo una pregunta, y no es por buscar las cosquillas, sino para tener más datos sobre una cuestión que desconocía. Ademas creo que normalmente no das puntada sin hilo. Afirmar que "el PKK es de una ideología cercana a la de Sendero Luminos" no es afirmar mucho? No soy experto en la ideología de Sendero ni en la del PKK. Por cierto la de Sendero me cuesta mucho entenderla, pero parecidos no les veo mucho. Para empezar el culto al lider, en el PKK no veo el nivel de culto al lider que existió en Sendero con Abimael Guzman. Sendero sin la guia de guzman pierde totalemente el norte, era el guru de la secta. El PKK puede perder mucho sin Okalan pero la guia de su lucha, la indepencia para los kurdos, sigue ahi. A Sendero sin Guzman se le apago la vela, llama, que le "guiaba" el tortuoso sendero por el que caminaba, el mismo se colocó como único guía, cualquier cosa que dijese otro era desviacionismo.
El PKK se centra en la lucha de liberación nacional, puede ser de izquierdas, pero es como un segundo apellido pero que no le caracteriza ni identifica tan primariamente, en cambio a Sendero el Maoismo y la interpretación propia de Abimael Guzman son los que le dan personalidad y carta de presentación.
La lucha del PKK se centra en la independecia dél pueblo kurdo. La cuestión de naciones marginadas en Estados que no les representan en Sendero no es que lo encaminasen por sistema federales, y casi veo mas diferencias que semejanzas, no me parece que a partir de uno de esos movimientos se pueda caracterizar al otro, no me parece buen ejemplo aproximarse a uno de ellos a partir del otro.
En una identificación a grandes rasgos del PKK meterle en el saco de Sendero me parece que no ayuda mucho a entender el conflicto kurdo. Y luego esta todo el tema de la religión que no comparten, o si? en que puntos? de que forma?
bueno, eso era, tal vez puedas mostrarme los parecidos que desconozco, que habra, pero me parece que no son lo más significativo del PKK.
Bacan el posteo!
Seguiremos al tanto. Saludos.
Huamanripa: habla viejo, tu pregunta la he contestado en el post de arriba.
Duran: gracias por los ánimos, ya está la segunda parte.
Si faber, ya leí tu respuesta. Te la agradezco, me has dado a conocer el reconocimiento que le dieron a Guzman como ideólogo de gran nivel. Parecidos, haberlos haylos pero me siguen sin parece significativos. No he replicado a tu contestación porque me parece que mi inciso no era sobre el punto fuerte de tu comentario, era algo que simplemente decías de pasada y a lo que yo le metí el diente por curiosidad más que por ánimo de polemizar, entonces sabida la explicación un poquito más en profundidad, que siga adelante la cosa sin enmarañar el asunto en un tema menor.
Igual viejo, no enmarañas nada sino que lo aclaras, también para mí. Saludos y pasa la voz cuando estés en Lima.
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