4.11.12

¿Gusta MOVADEF-SL pasar a tomar una tacita de café?


"La embajada es la casa de todos los peruanos" dijo el ahora ex-embajador Nicolás Lynch dando la bienvenida a la delegación de MOVADEF, el actual brazo político de Sendero Luminoso, mientras representaba el cargo más alto en nuestra misión diplomática en Argentina.

"No estoy para juzgarlos", declaró en una entrevista, refiriéndose a los defensores del movimiento terrorista más sangriento y cruel del hemisferio Occidental,  quienes causaron al Perú dos décadas de pesadillas y que aún sigue haciéndolo en una región central de nuestra geografía. El embajador de nuestros intereses puso al mismo nivel de la legítima protesta anti-minera sobre Conga, a un grupo cuyo fin era instaurar un régimen totalitario en el Perú, y cuyos medios consistían, principalmente, en  provocar un baño de sangre mediante el exterminio de decenas de miles de compatriotas. Los atendió muy atentamente, los señaló como un ejemplo más de la pluralidad de opiniones en el Perú y recibió la exigencia de la liberación de Abimael Guzmán de manera personal y casi festiva.

Esto hace unos años podría bastar para cerrar este post con evidentes conclusiones sobre el desatino mayúsculo y dañino de Lynch. Pero para consternación de muchos de nosotros, en estas épocas eso no basta y se necesita explicar por qué las acciones y declaraciones del ex-embajador generan el rechazo más firme. Hay que hacerlo pues, lastimosamente, la memoria es frágil o peor, políticamente selectiva.

Es verdad que cualquier ciudadano del Perú puede acercarse a la embajada para resolver un trámite o ser ayudado ante un apuro en el país extranjero donde exista representación oficial. No importa en lo que crea o no crea, si es aprista, izquierdista, neoliberal, ateo, mormón, budista, o incluso que sea pro-nazi o pro-senderista (mientras no esté requerido por la justicia). Aquí no interviene lo que cree, sino su necesidad de resolver un asunto que puede estar al alcance de la delegación. Pero esto, y es algo que debe saber cualquier embajador, dista un abismo de recibir una delegación de un actor político pernicioso con el cual nuestro país tiene una posición no solo de enfrentamiento directo, sino que ha sido y sigue siendo su víctima.

MOVADEF-SL se presentó como un agresivo actor político a la embajada en Argentina, no como un grupo de ciudadanos en busca de resolver un problema con el pasaporte. MOVADEF-SL exige la liberación de Abimael Guzmán y sus cómplices, culpables del episodio más sangriento de la historia peruana del siglo XX, dentro de una estrategia de largo aliento cuyo fin es la recomposición de SL. Si no se tiene claro que ese actor político está contra los intereses nacionales, hay que buscar en el espejo la cicatriz de la lobotomía.

¿Qué sucede cuando Nicolás Lynch los hace pasar a esta delegación de MOVADEF-SL a la embajada para tomar una tacita de café y recibir una exigencia de la liberación del máximo criminal de nuestra historia? 

UNO
A nivel de política nacional, constituye un gesto no solo contradictorio sino insultante para los propios esfuerzos del Gobierno en la lucha contra Sendero Luminoso. Mientras la sangre de peruanos sigue derramándose en la ceja de selva, los defensores de sus asesinos pasan a nuestras instalaciones oficiales como invitados y son recibidos con una cordialidad, celeridad y atención directa que el embajador seguramente no prodigó a la mayoría de compatriotas en Argentina.

DOS
En segundo lugar, canaliza el reclamo de la liberación de Abimael Guzmán a través de un alto funcionario nacional en el ejercicio de una misión diplomática. Esto no solo alimenta gestos similares en varias de nuestras diversas delegaciones (pintarrajeo y embanderamiento incluídos) por parte de sucursales del MOVADEF-SL, sino que se produce antes ojos internacionales, causando el irreal espejismo de un Sendero Luminoso cuyo disfraz de actor dialogante con la democracia peruana es aceptado como verdadero y creíble por un alto representante oficial. Esta engañosa apariencia legítima ante la comunidad internacional, sitúa su reclamo al mismo nivel de cualquier gestión política de otros actores en la embajada. Esto da pie a que ellos intenten ser reconocidos como actor válido de interacción en el contexto internacional, con el aval de un diplomático del país víctima de sus acciones.

TRES
Nadie hace eso sin recibir el rotundo rechazo, muy merecido, de la opinión pública peruana que aún recuerda lo que significó Sendero Luminoso y que no acepta en su embajador ese nivel de (espero) candidez y torpeza. 

¿Y con qué se excusa Lynch en su carta de renuncia? Pues, además de reafirmar su argumento de la "casa de todos los peruanos" que evidencia su ignorancia en lo básico de la función que se le encargó, dice sentirse "herido e insultado" por una campaña de difamación. Añade una explicación conspiratoria sobre intereses que quieren minar nuestros lazos con el UNASUR. Pero, cabe señalar, el principal impulsor y eje del UNASUR no es Argentina sino Brasil, cuya diplomacia sirve de eje para la existencia de ese ente supranacional. Además la salida de Lynch no afecta un ápice nuestras relaciones con Argentina que, dicho sea de paso, ya no constituye hace décadas el socio geopolítico que era en los 70s y más atrás. Pero para un nada pequeño sector de la izquierda local, sus miembros nunca dan tropiezos ni tienen errores por los cuales responder, siempre todo es producto de una campaña en contra. 

La entrevista que desató el escándalo fue realizada en Marzo de este año, pero si en vez de preocupar su contenido, lo que preocupa es, mirando el dedo que señala la Luna, ¿por qué se reveló recién? Pues por las recientes y preocupantes acciones de MOVADEF-SL en nuestras delegaciones en el extranjero. 

Lynch ya pagó el precio de su error político y "lo han renunciado"., pero queda el daño de sus acciones. Lo primero que tiene que tener en atención nuestra Cancillería, responsable del nombramiento de Lynch y que ya va acumulando demasiados errores con el ministro Roncagliolo, es la calidad profesional en la materia de quienes ocupan los puestos máximos de nuestras misiones diplomáticas. Ser Embajador antes que constituir un premio a amistades políticas, debe ser una función delegada a quienes tienen conocimiento de lo que implica. Es hora de tener en cuenta que es un puesto delicado, sobre todo cuando actores como MOVADEF-SL se mueven a nivel internacional con más iniciativa que muchos de nuestros representantes. Este es el precio de la costumbre de preferir al "embajador político" sobre el embajador de carrera.

5 comentarios:

Fabber dijo...

Última frase resumen a sugerencia del buen José Alejandro Godoy ( en twitter @jgodoym)

Carlos Soria dijo...

Efectivamente Fabber, lo preocupante es que todo esto es sólo el síntoma de un mal manejo en la elección de autoridades diplomáticas, peor aún, esto viene de hace ya varios años atrás, sino recordemos a Popy El Breve...

Fabber dijo...

Así es. Afortunadamente el "reinado" de Popy El Breve hizo honor a su nombre, pero cuando no son breves, pasan situaciones parecidas a ésta.

Implantes Dentales dijo...

Un gusto visitarte, aquí me seguirás viendo cuentas con un excelente blog.

Paginas Web Cali dijo...

Definitivamente un excelente trabajo el que nos compartes. Un saludo.