No sé cuantos 11 de Septiembres deben conmemorar en Medio Oriente. A ellos les derriban sus edificios constantemente. Ellos tienen sus víctimas y héroes en medio de esos desastres, con más frecuencia. Ellos no conmemoran, viven eso día a día. Es cuestión de costumbre, e indiferencia.
Si Friends o Seinfeld hubieran tenido sus rollos en Beirut en vez de Nueva York, quizá muchas cosas les dolerían más al mundo. Si Spiderman se colgara entre las almenas de Jerusalem Oriental en vez de los rascacielos de Manhattan, también nos afectarían un poco más esos otros muertos. Si el genial Woody Allen le hubiera puesto la Rhapsody in Blue de Gershwin a un amanecer con mezquitas de altas almenas, en medio de los cantos de los muecines de Bagdad, le tendríamos cariño a un landmark más en el mundo. En fin.
Mientras tanto, mi homenaje a los neoyorquinos, ciudadanos de la capital cultural del mundo. Nada, ni su infame presidente, nos hará olvidar lo mal que la pasaron ese día, ni nuestro incontenible sentimiento de solidaridad y angustia ante el horror provocado por ese puñado de fanáticos.
Sobre el Pentágono, ese es otro rollo, y puede resumirse en una palabra: karma.
2 comentarios:
es cierto, se celebran onces de setiembre pero se hacen los locos con cada escuela, hospital, edificio civil, derrumbado en medio oriente.
un asco, y nosostros también.
HOLA:
felicitaciones, muy bueno el blog, en realidad me gusto mucho.
haber cuando se pasa por .:. La Maja Enamorada de su Violador .:. y me deja su parecer. un gran abrazo.
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