¿A 96 horas del Apocalipsis? Large Hadron Collider

Vive como si fuera el último día de tu vida. Y no es una metáfora. Si el fin del mundo sucede pronto no será en unos años, como el 2012 que según algunos predice el calendario maya, o en alguna fecha de mediano plazo profetizada en alguna secta apocalíptica. Un sector de científicos y matemáticos cree que será más cercano que eso:

Dentro de 96 horas, este Lunes 7 de Julio, día en que el Gran Colisionador de Hadrones (de ahora en adelante LHC, siglas de su nombre inglés: Large Hadron Collider) sea encendido en la frontera franco-suiza, para iniciar los experimentos  que buscará recrear algunas condiciones del origen del universo, se teme que desencadene la posibilidad que la Tierra sea tragada por un agujero negro estabilizado por el experimento.

El LHC es  el más grande acelerador de partículas jamás construído. Esencialmente un túnel subterráneo circular de 27 kilómetros de circunferencia, el LHC es el más fascinante experimento de la actualidad construído por la Agencia Europea de Energía Nuclear. El propósito del LHC es múltiple, pero está diseñado principalmente para encontrar de una vez una partícula subatómica que es el Santo Grial de muchos físicos cuánticos: la escurridiza Higgs Boson, la clave de misterios tales como la sospecha de que no existe tal cosa como "vacío" en el Universo. Higgs Boson es la clave para saber en qué demonios consiste el 96% de la materia en el cosmos, y depende de su observación experimental la corroboración de muchas teorías y el avance de nuestra comprensión de la naturaleza íntima de las cosas.

Pero justamente este portal a la Higgs Boson es lo que según algunos, dará una chance a Yahvé, Alá o Shiva la Destructora, para cumplir su promesa de acabar con nuestro mundo. El LHC generará microagujeros negros, los cuales según la mayoría de la comunidad científica tendrán una vida efímera y se desvanecerán en nanosegundos. Según otros cálculos minoritarios pero no dementes, existe la posibilidad que los microagujeros negros no se desvanezcan con la rapidez predicha teóricamente o algo peor en los escenarios siguientes:

1. El microagujero es atrapado por la gravedad de la Tierra antes de su desaparición, cayendo en el mismo centro del planeta como una canica en un embudo. Una vez allí, la presión de la masa terráquea lo alimenta de materia, lo estabiliza y posteriormente lo fortalece lo suficiente como para tragarse a nuestro mundo. Un día después, lo que gira alrededor del Sol no es la Tierra sino una masa negra con un poder gravitacional brutal. Aquí no se escapan ni los de la Estación Espacial Internacional.

2. Se producen partículas conocidas como strangelets, materia de propiedades extrañas que teóricamente cambia a materia ordinaria en una millonésima de segundo, pero que si llegan a velocidad cero, teóricamente convierten materia ordinaria en extraña. Es decir, bienvenidos al mundo de Bob Esponja, pero en fractal.

3. Según algunos matemáticos, las posibilidades de nuestra existencia en el Universo en su conjunto no son estables, y lo que puede lograr el LHC es crear un fenómeno conocido como "burbuja de vacío" que crea una realidad más estable y a la vez desaparece la nuestra. O quizá cree una realidad donde el Perú gane el Mundial, pero lo cierto es que no estaremos vivos para verla.

Las tres posibilidades están rebatidas en la página oficial del LHC y por la mayoría de los estudiosos más importantes, aunque aquí solo me queda confiar en el consenso científico, pues son modelos matemáticos y físicos sólidos los que se contraponen, un conocimiento de ciencias puras tal en mi caso linda tangencialmente con el cero, por lo que es más mi fe en el prestigio del consenso antes que otra cosa, lo que me permite no vender todas mis posesiones y hacer una fiesta del fin del mundo el Lunes.

Pero, uno nunca sabe. El mismo Robert Oppenheimer, cuando estaba en el Proyecto Manhattan en 1945, calculaba con sus colegas que la bomba atómica que ellos estaban diseñando podía con su detonación nuclear iniciar una reacción en cadena que consumiría toda la materia del planeta como combustible, transformándola en un pequeño y efímero sol. Felizmente eso no paso, o quizá nos trasladamos a una realidad donde nunca pasó. Oppenheimer, iluminado por el brillo de la explosión, citó al Bhagavad Gita de los hindúes:

"Me he convertido en la Muerte, la Destructora de Mundos"

(Volver a leer el post con el Komm Susser Tod - "Ven, Dulce Muerte" - de la eterna Evangelion)

Coincido con José Güich en Porta9, que escribe también sobre el tema