23.10.12

Romney vs. Obama (3) Caballos y bayonetas




“Usted mencionó que la Armada tiene menos barcos que en 1916. Pero Gobernador, es que también tenemos menos caballos y bayonetas, porque la naturaleza de nuestro ejército ha cambiado” (Barack Obama, 22/10/2012, Debate presidencial)


El último debate entre los candidatos norteamericanos fue sobre política exterior y no significó ninguna sorpresa que se inclinara a favor del actual presidente en proceso de reelección. Más que por méritos de Barack Obama, las serias deficiencias de raíz en los conceptos de Romney sobre seguridad internacional bastaron para verlo implosionar anoche.

En las dos entregas anteriores ya hemos mencionado que el resultado de los debates ha influído notoriamente en este proceso electoral. En todos ellos ha existido un notorio ganador, reconocido con alegría o resignación por ambas partes. El "marcador" de debates se ha puesto 2-1 y, tal como se han movido las preferencias del público, el presidente demócrata tiene una ventaja marginal y ligera, recuperándose del tropezón del primer debate. Pero las chances de Romney aún no han desaparecido y su elección como presidente aún es una posibilidad seria y preocupante.

Romney no es precisamente parte del ala más dura del partido Republicano, y aún así mantiene una concepción de rivalidad hacia Rusia como el principal rival geopolítico de los EEUU. Al respecto Obama bromeó sobre unos "años ochenta que estaban llamando a Mitt Romney" en alusión la vieja bipolaridad de la Guerra Fría. La cita con que comienza este post es una respuesta a una afirmación de un Romney muy convencido de equiparar los estándares de fuerza militar de comienzos del siglo XX con los de 100 años después. La cantidad de buques y el tonelaje en el mar ya eran engañosos en 1916 para medir el poder naval, y en una era de portaaviones, submarinos nucleares y drones lo es más aún.



El pensamiento de Romney es la versión moderada (imagínense la extrema) de la visión geopolítica de los halcones de su partido, quienes en vez de aprender de las pantanosas campañas de George W. Bush en Irak y Afganistán, quieren más de ellas. Si bien esto se explica por su cercanía con la lucrativa industria militar, también obedece a una pretensión hegemónica caduca de los EEUU, justificada por algún rival que lo mantenga alerta y con el músculo militar en tensión constante. Después de la caída de la URSS, los rivales fueron los del llamado "Eje del Mal" y esa franquicia del terrorismo omnipresente y etéreo llamada Al Qaeda. Pero parece que muertos Saddam Hussein y Osama Bin Laden, para Romney y los suyos solo cabe buscar un némesis más fuerte, y por ello la casi nostalgia por un conflicto con una Rusia autoritaria, pero apenas en recuperación del estatus de potencia regional perdido en los 90s.

Por otro lado, la cercanía de Romney hacia Israel, su amistad con Benjamin Netanyahu y el financiamiento de los círculos pro-israelíes a campañas anti-Obama ha comprometido algo la casi incondicional alianza con EEUU a los resultados de las elecciones. Aunque es casi imposible que Obama retire apoyo económico y militar a Israel en su segundo período, sí ha resultado evidente que la idea de una "línea roja" a cruzar (planteada para una intervención en Irán por su programa nuclear) es más laxa para el demócrata que para el republicano. Y por la estabilidad de la región más vale que siga así. En función a ello Romney quiso alinear a Obama con una despreocupación hacia el problemático aliado israelí. Para evitar ello Obama simplemente se mostró a favor de una fácil posición de respuesta hacia Irán en caso de un ataque hacia Israel. Pero es muy posible que esta posición tenga unas letritas no tan pequeñas al final del contrato: siempre y cuando no sea Israel quien inicie una ofensiva en Irán con un "ataque preventivo". Sea cual sea el resultado, la posición de EEUU hacia Israel es solo una cuestión de matices para el mundo árabe, que solo siente diversas intensidades de una alianza que no ha variado con el tiempo. En este tema para ellos, da lo mismo que los norteamericanos elijan entre Kodos y Kang.




Otro tema en que se acercaron los candidatos fue su visión de China como lugar "succiona-trabajos" y competidor injusto, pero a la vez aliado potencial. Fuera de ello, el Medio Oriente, Rusia, los acorazados, los caballos y las bayonetas, Latinoamérica permaneció aislada en sus discursos y posiciones, como si la región estuviera en Neptuno y no al sur del Río Grande. Considerando nuestra historia común con EEUU, nos va mejor así, fuera de su foco de atención primaria. Más que preocupar, nuestra ausencia en ese debate sobre sus regiones problemáticas simplemente nos debe aliviar. En otra época ya hemos visto sus caballos y bayonetas cruzando países hermanos. Esperemos que no elijan a Romney, quien es proclive de hacer ese tratamiento en Irán, con un desastre previsible. Como ya se ha mencionado, confiemos en que la tendencia del resultado de los debates sigan impactando en las preferencias de su electorado, aún uno que no sabe mucho del mundo que los rodea como el de los EEUU.

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