17.10.12

Romney vs. Obama (2) Finish him


Me preguntaba en el anterior post sobre la desastrosa performance de Barack Obama en el primer debate.
"¿Es una retorcida estrategia de asesores demócratas a un nivel patafísico para elevar a Romney un poco y hacerlo caer en el siguiente debate? Si es así, es un muy mal cálculo: el republicano estaba machacado y abajo en las encuestas antes del debate y ahora ha conseguido un segundo aire..."
 Efectivamente, Romney consiguió un segundo aire. Pero a la vez, también resultó que Obama guardó todos los golpes que no asestó en el primer debate y los soltó en una verdadera lluvia de aniquilación sobre un desprevenido Mitt Romney. En la nueva arena de debate, menos acartonada y con preguntas del público, el Obama cabizbajo y mustio de la anterior confrontación fue reemplazado por una figura con mirada fiera y expresión corporal dominante.  Armado hasta los dientes, tenía una batería de misiles apuntada a todos los talones de Aquiles de su rival: su favoritismo con los sectores más ricos de la sociedad, su discurso paradójico sobre una China donde las empresas de Romney evitan usar mano de obra norteamericana, su posición contra beneficios sociales como el Obamacare, o el golpe final asestado sobre el 47% de la población norteamericana al que denostó en una reunión cerrada. Quizá más por obra de las circunstancias que por un plan retorcido, el combustible que alimentó la recuperación de Romney en las encuestas hoy circula en sentido opuesto: el debate marcó su ascenso y puede marcar por la misma vía su caída.

Incluso los golpes de Romney fueron devueltos en su contra con mayor intensidad, como cuando afirmó que Obama no calificaba el atentado en el consulado de Bengasi, como un acto de terror. Cuando la moderadora Candy Crowley lo desmintió con un rápido factcheck, Romney quedó descolocado e incluso tartamudo,  perdiendo piso frente a una audiencia de decenas de millones de votantes, solo para ser rematado por Obama. El republicano ya había quedado muy dañado por innumerables malos momentos, entre ellos el ser cuestionado sobre sus diferencias con George W. Bush,  oportunidad que Obama aprovechó para recalcar que una gestión de Romney haría quedar como benigna la de Bush Jr.

Algunos expertos afirmaban que los debates no decidían mucho sobre las elecciones en EEUU. No será la primera vez que los hechos los desmientan. Basados en los recientes acontecimientos, probablemente suceda otro cambio de dirección en las encuestas como el que ya pasó con el despegue post-debate de Romney.

Y queda un debate más: política exterior. Este tema es justamente un punto débil de Romney, donde acaba de recibir golpes tempranos en los temas de Libia y China. Esperemos que no reaparezca el Obama mustio, sino el terminator que vimos hoy devolver el anterior KO, con altos intereses financieros. Finish him.

No hay comentarios.: