4.4.07

5 de Abril, no una sino dos caras

Muchos recordarán aquella escena del "Señor de los Anillos" en que Gandalf se niega a recoger el anillo de poder con sus propias manos, Frodo le cuestiona sobre ello y el sabio mago le responde que el poder del anillo es muy seductor, que él lo usaría para hacer lo que cree que está bien pero al final lo torcería indefectiblemente hacia actos malignos. La tentación del autoritarismo, con sus bemoles en pro y en contra, fue lo que comenzó el 5 de Abril, con un desenlace distinto al de la película.

El 5 de Abril representó la ruptura del orden democrático y una demostración de la máxima acerca del poder absoluto que corrompe absolutamente, tarde o temprano. Cierto. Sobre ello pueden encontrar numerosos artículos que detallan correcta y verdaderamente las consecuencias nefastas derivadas, pero es mi deber también decir lo que creo que falta, sobre una moneda no tan en "blanco y negro", que muchos no se atreven a mirar porque pone en cuestión una concepción simple y cómoda de la historia o en todo caso la corrección política.

Falta decir:


- Que también es cierto que el sistema de orden a nivel estatal y jurídico, consagrado en la Constitución de 1979, no era funcional, había generado un estado insostenible y había agudizado el colapso de la infraestructura económica y el tejido social de la mano de los gobiernos de Belaúnde y García.

- Que es cierto además que el contexto del 5 de Abril no es como muchos recuerdan sesgadamente. No era un Estado exitoso, respirando aires democráticos, con un sistema en marcha y resguardando cada cosa consagrada por la leyes. Es más, era lo contrario. Viendo las imágenes de Raúl Ferrero o Felipe Osterling siendo mojados por el rochabús, o Ramírez del Villar bajo arresto domiciliario sin recordar QUÉ ESTABA PASANDO EN EL PERÚ DE 1992, puede dar la impresión, 15 desmemoriados años después, que lo que caía era una ilustre y próspera república de patricios democráticos y no un aparato de partidos políticos que colapsaba por sí mismo, autoaniquilándose sistemáticamente por años.

- Que el 5 de Abril fue un patadón autoritario, sí, pero bajo la amenaza del colapso total del Estado Peruano a manos de la fuerza desintegradora y asesina de Sendero Luminoso. Eran los años de terrorismo, que ahora algunos intentan llamar "años de violencia política", como si los bandos en conflicto fueran iguales. Eran días de incertidumbre acerca del destino mismo del Perú como Estado-Nación y la visión de un país dirigiéndose al abismo no era en ese entonces pesimista sino realista. Y como el terrorismo ya no es la amenaza de hace quince años, se comienza a ser benevolente con su recuerdo, de manera peligrosa se deja de poner uno en los zapatos de esa época. Las bombas dejan de sonar y la sangre inocente deja de correr por los noticieros, salvo si fue derramada por el Estado.

La democracia es el menos malo de los sistemas conocidos. Pero la democracia no es el valor último, no es una máxima moral, simplemente es la más justa y equilibrada de las formas de gobierno a la mano. Si el respeto formal a sus principios, nacidos en otro contexto cultural e idiosincrático y aún no bien adaptada a la realidad nacional, entra en contradicción con la misma supervivencia de los habitantes de un Estado y además con la destrucción misma de cualquier nuevo sistema democrático, creo que hay factores que plantean seriamente una duda y un replanteamiento. La amenaza a la vida y a la democracia misma se cernía encarnado sobre todo en el devastador proyecto senderista.

Y nuestro sistema estaba tan fuera de órbita que fue bajo esa década democrática (80-90) donde el Estado cobró más vidas inocentes y se agudizó el problema del terrorismo. No es sesgado decir que fue en el período de la derrota del terrorismo, bajo el fujimorato, que contra lo que se cree, hubo menos víctimas a la par que los grupos terroristas dejaban de ser una amenaza y eran combatidos de manera efectiva.

La historia hubiera tenido un final menos amargo si Fujimori hubiera desistido en 1995 de optar por la reelección y se hubiera apartado del poder. Nuestro recuerdo de ese período 90-95 sería otro y ese gesto hubiera cambiado la historia actual del país. Pero, ucronías aparte, no es ningún secreto que Alberto Fujimori no tenía la ética, la responsabilidad y la valentía suficiente como para dejar el mando cuando debió. Fujimori se quedó con el anillo tentador, lo usó en gran medida y luego acabo siendo él mismo parte de la putrefacción del poder autocrático.

¿Qué pasó el 5 de Abril? ¿Había otra forma? Es posible. Pero no es un dilema tan sencillo de resolver. Pónganse en los zapatos de esa época, y verán que el apoyo mayoritario de todas las clases sociales a esa medida no era fruto de los mentados sicosociales sino de un sentido común.

El período de Fujimori nos demostró que puede pasar cuando se deja el cheque en blanco a un régimen autoritario. Pero el período anterior a él nos demuestra también que pasa cuando se aplicaba el remedio de la Constitución del 78 y el viejo orden político. Ojalá jamás volvamos a estar en ese dilema.

Espero que nuestra actual democracia tenga las herramientas necesarias, basadas en la libertad de expresión, el equilibrio de poderes y los mecanismos de representación, para REINVENTARSE a ella misma y crear una versión adaptada a nuestra realidad social. Si no lo hace, viviremos otros Fujimoris y otros Velascos, que con la intención de solucionar problemas graves, crearon otros no menos perniciosos.

Nota mental: Pendiente un post sobre Velasco, el mejor y peor presidente del Perú del s.XX.

6 comentarios:

ocraM dijo...

pero, Fabber, el 5 de abril fue sólo la ejecución del Plan Verde, de los militares. nada de bien común ni preocupaciones por el cerco de Sendero (que, finalmente, se desmoronó con la captura de Abimael, que no fue consecuencia del 5 de abril, sino del trabajo del GEIN, un grupo de policías formado durante el gobierno aprista, que trabajó sin reportar a Fujimori y al que Montesinos no pudo infiltrar con los Colina, como fue su intención).

la cosa estaba podrida desde el inicio.

Anónimo dijo...

Dicen que la historia la escriben los vencedores. Durante demasiado tiempo nos han machacado en la cabeza el cuentazo ese que "no podían gobernar adecuadamente en esas condiciones", de tal manera que ahora muchos creen que fue "un mal necesario". Esa coartada la tuvieron ellos desde el inicio y han tenido relativo éxito en difundirla (acuérdense que la opinión pública compró ese argumento en ese momento, lo mismo que la OEA). Si esa hubiera sido la razón y no la coartada, no habríamos tenido un CCD y el regreso a la democracia plena hubiera partido de ellos mismos y no haber sido arrancada a la fuerza.
Aureliano B.

Fabber dijo...

Ocram, no niego que se hayan ejecutado muchas cosas contempladas en el Plan Verde, a fin de cuentas era un plan para un gobierno que resultó en una suerte de "democradura", autoritario y todo lo demás que sabemos. Pero es obvio que dicha visión nació principalmente ante la situación angustiante del país, el apremio no solo a nivel económico sino de la supervivencia misma del Estado. Era una solución nacida en el CAEM, y no concebida por pura maldad o ganas de arruinar las cosas, sino al contrario. La lección que se aprende es el peligro de recurrir a la concentración elevada de poderes, que SÍ resolvió problemas (la caída de SL no se reduce solo a la captura de Abimael por el GEIN, lo sabes tan bien como yo) pero que generó los ya conocidos.

Aureliano, la opinión pública, la OEA y una buena cantidad de analistas de la época ¿se creyeron un cuento o realmente pusieron en la balanza la situación de dicho momento?

Como digo en este post solo ver el 5 de Abril con el único factor de análisis de "ruptura del orden democrático" es errado. Hay más factores que entraron en los acontecimientos. Construyamos una historia en todo su volumen y no una mirada tentadora y cómodamente bidimensional de las cosas.

Anónimo dijo...

Lo que ocurre Fabber, es que toda versión no sesgada, ni convenientemente bidimensional del golpe del 5 de Abril choca con las agendas de ciertos grupos de poder interesados. En especial cuando una probable extradición está en juego.

q2

Anónimo dijo...

Totalmente d acuerdo contigo mi estimado Fabber. Creo que cuando un Estado no es capaz de garantizar un objetivo prioritario para el cual existe, es decir, la seguridad de los ciudadanos, son necesarias medidas como la que se tomaron ese dia.

Otro punto: Muchas veces se quiere minimizar el peligro que enfrentabamos. Sendero Luminoso estaba considerado entre los grupos terroristas mas peligrosos del orbe, creo que solo comparable al Frente Islamico de Argelia. Cuando tienes una guerra delante con un enemigo de esta calaña, es mejor tratar de concentrar las fuerzas que tienes a tu alcance para garantizar, como bien dices, la supervivencia de los habitantes de un Estado. La guerra no solo se gano gracias a la captura de Abimael, se gano en todos los campos donde Sendero tenia huestes.

Lamentablemente, el ansia de poder es fuerte y casi siempre corrompe, por ese gobierno termino como termino. Ya con la famosa Ley de Amnistia se hizo evidente lo que vendrían años después, ahí se debio poner un alto.

Anónimo dijo...

Buen apunte Edgar, pienso que Fujimori hubiese terminado mejor de no haber arrasado en las elecciones del '95. El gobierno asumió ese obsceno 67% electoral como un cheque en blanco y creyeron que podían hacer todo lo que hicieron posteriormente, reelección incluída. Pero cuando ya era muy tarde se volvieron víctimas de su propia corrupción.
Mal final.

q2