2.6.07

Dictadura: Cinco Intensidades

El propósito de este pequeño ejercicio es el establecer de modo somero una suerte de termómetro de lo autocrático y pernicioso. Me motiva hacerlo las múltiples discusiones que he tenido con diversas personas respecto a los últimos acontecimientos en Venezuela. Algunas voces negaban el carácter autocrático y dictatorial de Hugo Chávez, y otros extremaban la discusión comparándolo con Hitler o Stalin.

Yo no creo en el maniqueísmo "democracia-dictadura" y todos de un lado o del otro. Pero sí estoy consciente que es factible una diferencia de intensidad tomando como punto de partida óptimo el respeto a los valores básicos de un sistema democrático y del estado de derecho, así como el grado de perjuicio a la población causado por un régimen determinado. Aprovechando que las ciencias sociales más que ser ciencias exactas son, por ahora, un campo flexible de pensamiento disciplinario con ciertas reglas y solo con un espíritu mas no una praxis estrictamente científica, me permito soltar las cinco escalas con estas características.

Todos los casos mencionados se caracterizan por vulnerar varios principios democráticos como la libertad de expresión, reunión, y el equilibrio, autonomía de poderes, elecciones libres y transparentes, etc. o en su defecto carecer de ellas. He usado para la posición de las escalas factores agravantes como represión violenta, tendencia sistemática a ignorar DDHH fundamentales, asesinatos masivos, belicismo, corrupción campeante, culto al líder, y otras políticas de estado incontestablemente dañinas para la población, conducentes a colapsos económicos, guerras o hambrunas.

Muchos candidatos de países democráticos bregan por diversos factores para sumarse a la lista. Podría incluír algunos de ellos en mérito a factores como el belicismo de George W. Bush, la represión violenta en los gobiernos sucesivos de Corea del Sur o la corrupción campeante y coqueteos fascistas de Silvio Berlusconi. Pero es mejor ocuparse de los casos claros, concreta y abiertamente autocráticos, más allá de algunos factores independientes de análisis.

Intensidad Uno. Dictadura embrionaria

La dictadura es concebida. Comienza a crecer en el vientre materno del aparato estatal previo con el fin de abrirse paso a través suyo, apenas se sienta con fuerzas para tal tarea. Esta intensidad ,a diferencia de otras, requiere aún la existencia de un aparato democrático y un estado de derecho sobre el cual se socaven sus principios de manera encubierta o bajo subterfugios legales.

Está caracterizada por haber acumulado deméritos en torno del ideal democrático prevaleciente, o haber dado "el paso" que separa una democracia en problemas hacia un gobierno, liberado ya de muchos contrapesos clave, que deja libre el camino a formas dictatoriales de control.

Características: la manipulación con instrumentos del poder ejecutivo interfiriendo en otros poderes del estado, el uso de prácticas intimidatorias o coercitivas a nivel económico o psicológico contra medios de comunicación, personajes de oposición o sectores enteros de la población, así como el encubrimiento sistemático de delitos. La tendencia a perpetuar la permanencia en el poder indefinidamente está ya contemplada en estos regímenes, pero tanto esos planes como otras medidas radicales aún son disfrazadas bajo un discurso supuestamente democrático o populista.

Fuerzas opuestas efectivas: todavía son factibles las muestras de discrepancia por medios de comunicación independientes, las fuerzas de oposición política mantienen algo de poder en la gobernanza, la libertad de reunión no es puesta aún en abierto cuestionamiento, y es susceptible a la presión de organismos o entes internacionales.

Ejemplos:

- Daniel Ortega en la Nicaragua de los 80s, que vulneró repetidas veces la propia estructura democrática que se planeó años después de la caída de Somoza. Amedentramientos por parte de grupos paramilitares armados por el gobierno, el uso del Estado para ejercer presión ilegal sobre los medios junto con las denuncias de votaciones fraudulentas.

- Alberto Fujimori, década de los 90s en Perú, con el uso de presiones y argucias judiciales o tributarias sobre medios de comunicación, crímenes de militares encubiertos por el Ejecutivo, avalamiento institucional de la corrupción, y una policía secreta (el SIN) con más poder que cualquier otra institución estatal.

- Vladimir Putin actualmente en Rusia, con el encubrimiento de crímenes de guerra en Chechenia, manejo secreto de muchos asuntos públicos, amedentramiento contra opositores llegando al asesinato en varios casos, avalamiento institucional de la corrupción.

- El PRI y sus distintos presidentes, a lo largo del s.XX en México. Control efectivo de los medios de comunicación, fraude electoral, avalamiento institucional de la corrupción. El PRI llega a esta lista de la mano de la matanza de Tlatelolco de 1968, que definitivamente lo hace abandonar la barrera de gobiernos democráticos con este nefasto hecho. Cabe destacar que a lo largo de su historia el PRI no avanzó claramente al siguiente estado.

Intensidad Dos. Dictadura rampante.

Las intenciones del régimen de una dictadura rampante se hacen abiertas y se caracteriza por un avance veloz y progresivo sobre los pocos mecanismos de contrapeso que se le oponen, con la intención de no dejar ninguno. Si bien aún estos regímenes dependen de contar con cierto apoyo popular, ya poseen suficiente poder como para no preocuparse por las cifras de aprobación mayoritaria.

Características: tener un control total y absoluto de todos los poderes del Estado. A nivel institucional ya no cuenta con ningún escollo, ni legislativo (suelen controlar el 100% del Parlamento) ni judicial (todos los jueces obedecen la voluntad del Ejecutivo) ni de ninguna otro organismo interno. Se imponen cambios radicales contra el deseo de amplios sectores de la población, los medios de comunicación independientes entran en un estado menguante o desaparecen del todo. La oposición política no tiene medios de influír en la institucionalidad y disminuye su poder en la gobernanza hasta convertirse en inefectiva.

Fuerzas opuestas efectivas. Últimos rezagos de medios independientes bajo amenaza constante, las fuerzas de oposición solo pueden manifestarse por caminos alternos como manifestaciones callejeras. La libertad de reunión tiene algunos reparos pero todavía no es puesta en entredicho de manera total. La influencia de entes internacionales es baja y representa pocos problemas para el régimen, pero aún tiene capacidad de ejercer presión.

Ejemplos:

- Gobierno egipcio. Es el mejor ejemplo de una dictadura rampante detenida por influencia internacional. Tanto Nasser, Sadat y Mubarak controlaron y controlan la totalidad del aparato estatal sin contrapesos políticos. Egipto es una república presidencialista basada en referéndums y con numerosos escollos para fuerzas opositoras que hace literalmente imposible que otra figura que no sea el actual gobernante llegue al poder. Los dos cambios de mando en su historia republicana se han debido al infarto que mató a Nasser en el 70, y al asesinato del que fue víctima Anwar al Sadat en el 81. La prensa independiente se autocensura por presión gubernamental y las manifestaciones callejeras son duramente reprimidas.

- Velasco Alvarado, de 1968 a 1975 en Perú, llegó al mando con un programa nacionalista y populista, llegando a tomar todos los medios de comunicación y ejerciendo un poder omnímodo sobre el aparato estatal. Las reformas aplicadas en materia agraria, si bien eran necesarias, fueron ejecutadas con la mayor brutalidad programática posible, creando una crisis económica de consecuencias graves hasta el largo plazo. El gobierno de Velasco se caracterizó también por un discurso belicista y la deportación de elementos opositores.

- Hugo Chávez, actual presidente de Venezuela, es una suerte de gemelo doctrinal de Velasco Alvarado. Ejerce el control absoluto de todos los poderes del Estado y últimamente ha iniciado el proceso de eliminación de medios de comunicación independientes. Sectores de la población han sido armados por el gobierno para crear una fuerza paramilitar represiva con numerosos asesinatos en su haber, y de los cuales el régimen no se hace responsable. A través de sistemas electrónicos conocidos como cazahuellas, que permiten saber la decisión electoral de cada ciudadano en el sufragio secreto, coerciona el resultado de las elecciones bajo la amenaza de represiones tributarias y bancarias. Hace uso de la represión violenta de manifestaciones públicas y promueve el culto a la personalidad del jefe de Gobierno.

Por las características del gobierno de Hugo Chávez, los sectores populares que mantienen su régimen, la economía de exportación de materias primas en auge que sostiene costosas políticas de subvención y su tendencia a la exaltación de la figura del líder, el símil latinoamericano más cercano es el período 1943-1955 del argentino Juan Domingo Perón.

- Teocracia iraní. Si bien las condiciones concernientes a participación popular en Irán mejoraron con la Revolución Iraní de 1979, varias de las características de este peculiar gobierno de los ayatollahs, como una constitución basada en un texto religioso (el Corán), el estamento de una clase clerical que está facultada a detener muchas iniciativas que nacen del sufragio popular, la retricción a la libertad de prensa en una serie de temas, y sobre todo la merma de los derechos fundamentales de las mujeres, hacen subir un par de escalones en la intensidad dictatorial a dicho régimen. Admito que por las peculiaridades de la teocracia, este es un caso algo atípico, pero los enormes poderes políticos de los ayatollahs evitan que se decida el viraje en el timón del gobierno hacia muchas opciones plurales y abiertas. El control sobre las características islámicas del Estado es total y absoluto.

Intensidad Tres. Dictadura tiránica.

Logrado ya un control absoluto del aparato de gobierno, en esta intensidad autocrática el régimen comienza a desentenderse del apoyo popular, manteniendo el control del país con la coerción violenta como principal herramienta. Es el retroceso a una forma básica de organización: el despotismo del más fuerte. No existe en absoluto alguna clase de libertad de expresión y toda opinión contra el régimen es censurada. La libertad de reunión es abolida y cualquier manifestación política de oposición es puesta fuera de la ley. Los personajes opuestos al régimen son sistemáticamente encarcelados, deportados o asesinados. La policía secreta y otros mecanismos internos de vigilancia ciudadana adquieren una importancia vital para la supervivencia del gobierno. Se logra una situación de estado-paria en varios casos. Antes que verse influenciado por la opinión de otros miembros de la comunidad, estos regímenes comparten la tendencia a intervenir en asuntos internos de otros estados, o proyectar sus crímenes en ellos.

Fuerzas opuestas efectivas: Medios clandestinos de comunicación, oposición política en el exilio, bloqueo económico internacional, grupos complotadores internos.

Ejemplos:

- Francisco Franco, dictador en la mayor parte del s.XX en España. Llega al poder después de una sangrienta guerra civil que culmina en 1939. Cumple con todas las características arriba señaladas, sumado a un factor religioso como factor extra de censura. Por el uso de la represión sistemática sobre manifestaciones culturales y hasta lingüísticas, Franco además deja como una herencia para el futuro, numerosos nacionalismos regionales que fragmentan la unidad del país. Con un culto al líder y características fascistas, dicho régimen tiene el agravante de haber apoyado la dictadura nazi en Alemania. Las relaciones de Franco y Hitler llegaron a tal cordialidad que, a pesar del sangriento costo de la guerra civil, el contingente español conocido como la División Azul participa al lado de Alemania en la invasión de la URSS.

- Benito Mussolini. Dictador fascista al igual que Franco, suma a sus características la agresión contra otros países como Albania, Grecia o Etiopía, donde venció al ejército del reino africano haciendo uso de las ya proscritas armas químicas. La suerte de este dictador se unió a la de Adolfo Hitler en la Segunda Guerra Mundial, militarista y con ambiciones de expansión territorial al igual que él.

- Fidel Castro. El dictador cubano ejerce un control absoluto sobre la isla de Cuba. Sumadas a las características arriba mencionadas, se puede mencionar un estado de miseria material avanzado en la población que gobierna. Si bien existen avances en materia educativa y de salud pública con respecto a otros países de Latinoamérica, esto es en gran parte una herencia de la época de la subvención soviética, cuando Cuba era un país-propaganda para el modelo comunista en la región. El gobierno de Castro ha intervenido militarmente en Angola y Etiopía, así como promovió y dotó de armas a numerosas guerrillas latinoamericanas. El apoyo popular a su régimen es desconocido y la voluntad por emigrar de Cuba hacia otros destinos alcanza constantemente cotas dramáticas.

- Augusto Pinochet. Junto con las características de la dictadura tiránica, Pinochet tiene en su registro un sangriento golpe de Estado. Es responsable de las sistemática matanza y persecución de elementos civiles no beligerantes, así como de asesinatos de opositores al régimen, incluso en el ámbito internacional.

Anastasio Somoza en Nicaragua, Fulgencio Batista en Cuba, Leonidas Trujillo de la República Domicana o Pérez Jiménez en Venezuela también son ejemplos clásicos de la dictadura tiránica en la historia latinoamericana. En Europa encontramos los casos de Enver Hoxha en Albania, Tito en Yugoslavia, junto con otros dictadores comunistas de la vieja Europa del Este. En Asia la monarquía saudí y los gobiernos de Uzbekistán y Tayikistán son buenos ejemplos actuales. Mencionar los ejemplos en África es una tarea ociosa, porque se puede armar una larga lista encabezada por Idi Amín de Uganda, cuyo despotismo lindaba con el totalitarismo.

Intensidad Cuatro. Totalitarismo.

Aunque es cierto que toda dictadura siempre esconde una voluntad totalitaria, solo es en algunos casos donde esta voluntad se vuelve efectiva en la praxis, llegando a características cercanas al absurdo que desembocan en grandes tragedias colectivas. El totalitarismo es una dictadura tiránica con un control desbocado ya no sobre el aparato estatal, sino sobre las características mismas del individuo que conforma la población. El discurso dominante supera los límites del lenguaje revolucionario usado, para ser abiertamente violento y agresivo contra amplios sectores. La misma existencia de grupos opositores internos es menguante o nula, debido al efectivo exterminio físico de estos. Se promueve el odio racial, ideológico, de nacionalidad, o todo junto a la vez. Los estados totalitarios desprecian los fundamentos mismos del respeto a la vida y suelen jactarse de ello. Dedican muchos recursos a prepararse para iniciar conflictos militares y suelen ser elementos perturbadores de la paz internacional. Se podría denominar a esta clase de regímenes como "orwellianos", teniendo como referencia la novela 1984 de George Orwell.

Fuerzas opuestas efectivas: Fuerzas armadas de otros países y escasamente algunos grupos conspiradores internos que sobrevivan a la vigilancia totalitaria.

Ejemplos:

- Adolfo Hitler. Es el ejemplo arquetípico: un dictador con una población dominada por la propaganda y la policía secreta, una ideología basada en el odio, aplicación efectiva de exterminio contra grandes grupos humanos, por razones étnicas (judíos, gitanos), políticas (cualquier militante opuesto al nazismo) e incluso genéticas (personas con deficiencias mentales, esquizofrénicos, autistas). Sumado a todo ello está la tragedia colectiva a la que lleva a su propio pueblo a través de las guerras de expansión territorial, y el ser el culpable de la mayor tragedia del s.XX, la Segunda Guerra Mundial. Siempre resultan escasas las líneas dedicadas a los crímenes de los dictadores totalitarios.

- Joseph Stalin. Autor de grandes masacres internas que superan en número la magnitud de los genocidios nazis. Constructor de un modelo de control efectivo y totalitario alterno al nazi, comparte con Hitler sus características orwellianas. Stalin tiene como un atenuante histórico haber conducido al heroico pueblo ruso para lograr la derrota nazi, pero nada lo redime de su figura manchada de sangre y claramente genocida.

- Mao Tse Tung. Las cifras de muertos en su régimen aún no son concluyentes, pero quizá incluso superen las de Stalin, sobre todo en el terrible período de la Revolución Cultural. Además de compartir con los otros dictadores totalitarios el sitial de ser un verdugo de millones de personas, Mao Tse Tung atentó contra el mismo patrimonio cultural chino, suprimiendo muchas tradiciones y demoliendo antiguos edificios religiosos en busca de consolidar un estado ateo. El régimen comunista de Mao tiene el dudoso honor de haber inventado las técnicas modernas de "lavado de cerebro" de prisioneros que ahora son populares en otros servicios de inteligencia.

- Kim Il Sung. Estableció el más cerrado de los estados de la historia contemporánea, lo cual es un reto sumamente difícil en un contexto marcado por el auge viral de las comunicaciones globales. Déspota absoluto, transformó los pretextos comunistas de su régimen en un absolutismo hereditario. Ya he hablado sobre él en este muy caliente post.


Intensidad Cinco. Escenario de Pesadilla

En este caso me aseguro de usar bien el término de escenario de pesadilla, pues aún en los gobiernos totalitarios no se cuestionan cosas básicas que heredamos del período neolítico como la vida en las urbes, o valores intrínsecos a las características de la especie como la acumulación del conocimiento o la identificación básica del individuo. La existencia del gobierno de Pol Pot y el Jhmer Rouge en la Camboya de 1975 permite crear esta lamentable categoría.

Características: Lograr convertirse en un escenario peor que los totalitarismos para la supervivencia del individuo.

Fuerzas opuestas efectivas: Fuerzas armadas de otros países.

Ejemplos:

- Pol Pot. En busca del Año Cero, la tábula rasa para edificar una civilización nueva, Pol Pot se vuelve un criminal psicópata contra su propia población y la misma identidad de su propio país. Despuebla las ciudades para comenzar una civilización agrícola autosuficiente. Persigue cualquier resquicio de cultura previa a la revolución, ejecutando intelectuales, danzarines y actores del teatro tradicional camboyano, así como a cualquier persona que tenga en sus narices las marcas de haber llevado lentes. Más allá de la quema sistemática de cualquier libro que mencione otro tema que no sea la nueva humanidad emergente de la revolución polpotiana, se impone la despersonalización del individuo, buscando hacerlo parte una masa efectivamente homogénea, dirigida por un estamento simplemente conocido como Ankghar "La Organización", una versión antropófaga del Leviatán de Hobbes.

De este artículo sobre dicho período puedo destacar este párrafo, solo como un destello terrible de algo que se escapa a cualquier categoría imparcial de análisis para convertirse simplemente en "el Infierno en la Tierra".
Pin Yatay, superviviente, nos cuenta que "en la Kampuchea democrática no había cárceles, ni tribunales, ni universidades, ni institutos, ni moneda, ni deporte, ni distracciones… En una jornada de veinticuatro horas no se toleraba ningún tiempo muerto. La vida cotidiana se dividía del modo siguiente: doce horas de trabajo físico, dos horas para comer, tres para el descanso y la educación, siete horas de sueño. Estábamos en un inmenso campo de concentración. Ya no había justicia. Era el Angkar el que decidía todos los actos de nuestra vida
(...)
Los sentimientos humanos eran despreciados y considerados un pecado de individualismo. Al intentar ayudar a una vecina, Pin Yatay se ganó esta reprimenda: "No es su deber ayudarla, al contrario, esto demuestra que todavía tiene usted piedad y sentimientos de amistad. Hay que renunciar a esos sentimientos y extirpar de su mente las inclinaciones individualistas."
La pesadilla del Ankghar acabó con la invasión vietnamita a Camboya en 1979. Uno de cada cinco camboyanos pereció en esos cuatro años del Escenario de Pesadilla.

Más allá de Pol Pot no tengo a la mano otro ejemplo de la Intensidad Cinco. Y espero nunca tenerlo, aunque aquí en Perú estuvimos cerca de dicho escenario, gracias a Abimael Guzmán y Sendero Luminoso, de inspiración abiertamente polpotiana.

Espero que esta escala sea útil sino para el análisis, al menos para dilucidar gravedades a la hora de debatir sobre dictaduras.

6 comentarios:

Fujur dijo...

Sin ánimo de justificar una lacra como la dictadura, un día de estos quiero escribir un artículo sobre cómo personajes como Ataturk o el Musarraf de Pakistán (que se basa en él) parecen haber, ser y serán piezas inexcusables para una posterior democracia. La democracia no se puede trasladar a todos los países (veáses Irak)???? Lamentable conjetura y pésima solución parece venir.

Gran reflexión! Pq no escribes un libro crack!?!??!

Persio dijo...

Buen análisis.
Aceptemos que la escala pueda ser móvil. Es decir, que Chávez empezará en el grado uno y dé pasos de gigante hacia el nivel tres.
Por otro lado, creo que la teocracia de Irán merece un "mejor" puesto. En las últimas semanas se han producido 14.000 detenciones por parte de su "policía moral".

Un saludo y enhorabuena por el post

ocraM dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ocraM dijo...

buena categorización, didáctica y completa.

pero tengo un par de dudas: ¿fujimori no terminó en escala dos? ¿chechenia y los asesinato selectivos de periodistas y espías no mandan a Putin a una especie de nivel 1.3?

(no sabía lo de las marcas de lentes en el régimen polpotiano. no hay adjetivos para describir esa barbarie.)

Fabber dijo...

Fújur, es cierto que juzgamos las cosas bajo nuestra cultura que tiene en uno de los pináculos a la democracia. Pero también es cierto que a veces ciertos países necesitan esa dura transición como la de Ataturk, con algunos poderes reunidos. El dilema es que cuando se reúnen tantos poderes es inevitable que ocurran cosas nefastas, podemos preguntarle a los kurdos o armenios que piensan de Ataturk. No sé si aún tengamos las herramientas para juzgar las cosas, a veces veo todo pantanoso, pero lo que planteas es un punto muy interesante que tenemos que ver objetivamente.

Persio, no puse a la teocracia un escalón más por lo disgregado del poder, y un sistema no exactamente despótico que obedece sus propias reglas de juego. Por los abusos que mencionas, lo puse en la intensidad 2. Como menciono, es un caso muy especial, y a veces la cosa se pone 2,4 o 2,6.

Ocram, estuve tentado en poner a Fuji en escala 2, pero creo que más que llegar a esa intensidad, su gobierno acabó cuando ya llegaba a tentaba esas instancias. Comparando el régimen de Chávez y el de Fujimori, por un montón de puntos creo que el grado de despotismo de Chávez es superior. Ya podremos explayarnos de eso con unas chelas.

Putin si se dispara con esa guerra, pero también hay que contemplar que cualquier guerra siempre va a tener denuncias de suciedad. Contemporizando eso es que evité subirlo a intensidad 2, pero tienes razón en que alcanza un 1,3 o a veces un 1,6. Fuji creo que también debe haber llegado a un 1,4. Un poco arbitrarias mis fracciones, lo sé, pero sirven para un cálculo somero.

Por lo que ambos no llegan a intensidad 2 es porque no dominan el 100% de sus parlamentos y si bien su control sobre el equilibrio de poderes del Estado es desmedido, no es absoluto como corresponde a la int. 2.

¡Saludos!

Anónimo dijo...

Buscando información para mi Treball de recerca sobre la mente dle dictador, me he encontrado con tu articulo y me ha ayudado mucho, así que muchas gracias por este buen articulo.