Ya no podemos seguir llamando República hermana a Bolivia por dos razones:
Primera. Desde este año, según el Art.1º de su nueva Constitución, Bolivia ya no es una República, sino un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario. El abandono de la denominación de organización política en el eje de la res pública que define al resto de los países de la región no ha sido un mero gesto formulaico. El estrenado sistema de Estado Plurinacional (llamémoslo así para sintetizar) se presta a ser un molde gelatinoso para cualquier capricho conceptual del gobierno de Evo Morales fuera del marco republicano clásico.
Segunda. Hablando a nivel de estado y no pueblo, de comportamiento fraternal no queda ni la sombra. Bolivia es un país por el cual el Perú en el s.XIX asumió su más triste y costosa guerra, como consecuencia de la estulticia de otro presidente boliviano, Hilarión Daza. Ahora se nos paga con la hostilidad a los reclamos peruanos de soberanía marítima, ayudando al país que les quitó el acceso al mar, Chile. Esto es una acción diplomática inaudita por parte del gobierno de Evo Morales, fruto tanto de un odio obsesivo con Alan García, como de las aspiraciones de expansión del Eje Bolivariano, que pueden ser burdas y desordenadas, pero poseen efectos visiblemente nocivos. De un modo miope y cortoplacista, Evo Morales atenta no solo contra los intereses peruanos, sino contra históricos intereses bolivianos.
Por si fuera poco, la interferencia boliviana en los asuntos internos peruanos ha llegado al punto de un abierto sabotaje a nuestra integridad nacional e incluso la clara creación de quintacolumnistas llamando a la insurgencia contra nuestros gobernantes elegidos. Alan García podrá ser un mal presidente, pero es nuestro problema ver que hacemos con él, no el de Bolivia.
Para muestra, este video de Periodismo en Línea visto en Hojas de Vida:
Primera. Desde este año, según el Art.1º de su nueva Constitución, Bolivia ya no es una República, sino un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario. El abandono de la denominación de organización política en el eje de la res pública que define al resto de los países de la región no ha sido un mero gesto formulaico. El estrenado sistema de Estado Plurinacional (llamémoslo así para sintetizar) se presta a ser un molde gelatinoso para cualquier capricho conceptual del gobierno de Evo Morales fuera del marco republicano clásico.
Segunda. Hablando a nivel de estado y no pueblo, de comportamiento fraternal no queda ni la sombra. Bolivia es un país por el cual el Perú en el s.XIX asumió su más triste y costosa guerra, como consecuencia de la estulticia de otro presidente boliviano, Hilarión Daza. Ahora se nos paga con la hostilidad a los reclamos peruanos de soberanía marítima, ayudando al país que les quitó el acceso al mar, Chile. Esto es una acción diplomática inaudita por parte del gobierno de Evo Morales, fruto tanto de un odio obsesivo con Alan García, como de las aspiraciones de expansión del Eje Bolivariano, que pueden ser burdas y desordenadas, pero poseen efectos visiblemente nocivos. De un modo miope y cortoplacista, Evo Morales atenta no solo contra los intereses peruanos, sino contra históricos intereses bolivianos.
Por si fuera poco, la interferencia boliviana en los asuntos internos peruanos ha llegado al punto de un abierto sabotaje a nuestra integridad nacional e incluso la clara creación de quintacolumnistas llamando a la insurgencia contra nuestros gobernantes elegidos. Alan García podrá ser un mal presidente, pero es nuestro problema ver que hacemos con él, no el de Bolivia.
Para muestra, este video de Periodismo en Línea visto en Hojas de Vida:
¿Sabían que Alberto Pizango, quien aparece en este video, también pide que nos convirtamos en un Estado Plurinacional? No se pueden escatimar adjetivos: esto corresponde a un quintacolumnista y agitador y no a un líder que juegue por el Perú, sino por Bolivia y demás países del Eje.
Personalmente, la desesperación que siento al pensar que faltan todavía dos años para que acabe el período de García no me moverá a hacerle juego a intereses aún más nefastos. Denunciemos los terribles errores y arrogancias de este gobierno, pero a la vez mantengamos ojo avizor con el frente externo, que no es algo fantasmal sino palpable y evidente.
El sabotaje del gobierno de Evo Morales es intolerable y amerita respuestas diplomáticas drásticas, como la ruptura de relaciones, así como a nivel interno, una especial atención y concentración de energías y labor estatal en Puno, primer candidato a convertirse en el próximo Bagua.
Personalmente, la desesperación que siento al pensar que faltan todavía dos años para que acabe el período de García no me moverá a hacerle juego a intereses aún más nefastos. Denunciemos los terribles errores y arrogancias de este gobierno, pero a la vez mantengamos ojo avizor con el frente externo, que no es algo fantasmal sino palpable y evidente.
El sabotaje del gobierno de Evo Morales es intolerable y amerita respuestas diplomáticas drásticas, como la ruptura de relaciones, así como a nivel interno, una especial atención y concentración de energías y labor estatal en Puno, primer candidato a convertirse en el próximo Bagua.