La posibilidad la he visto deslizada cada vez menos en broma y más en serio por ya no pocas personas y tocado en las veces que he zapeado el programa "Enemigos Íntimos" o en entrevistas como la que tuvo en "
Prensa Libre". Gastón Acurio, personaje clave en la difusión de la comida peruana a nivel mundial, y a la sazón, empresario de visión panorámica y exitosa, se convirtió desde hace unos años en un referente de triunfo personal tan aludido que muchos se han cansado de verlo hasta en la sopa. Considerarlo llamado a una posible candidatura presidencial parece, a primera impresión, jalado de los pelos, hasta que pasado el prejuicio de ver a un cheff de mandatario,
los pros que suma Gastón Acurio como un serio candidato en potencia a Palacio de Gobierno no son nada desdeñables:
1. La imagen de un hombre de empresa exitoso y visionario.
2. La inexistencia de un color político fijado en su persona, factor escencial en una gran parte del electorado peruano, de aquellos que deciden su voto en la misma cámara de votación.
3. Su identificación con la reinvindicación de un elemento tan importante de la cultura peruana como la comida, uno de los pocos elementos que puede resumir un consenso en la identidad nacional, lo que lo aleja de ser un candidato limeño para acercarlo también a provincias.
4. Su reconocimiento y prestigio mundial, y especialmente para los peruanos, no tanto en los EEUU, Inglaterra o Brasil, sino en Chile, autor de un triunfo nacional, pacífico y buenaondero, en las tierras de un país siempre contemplado como el rival que acaba saliéndose con la suya. La rivalidad con Chile siempre ha dado réditos, como fue el caso distinto, mucho más agresivo y belicista del discurso etnocacerista que le ganó puntos a Humala.
5. Carisma, facilidad de palabra, juventud y dominio de escena. Imagen de triunfador en un país cansado de un pasado donde se resalta el lado perdedor.
6. Fortuna personal suficiente como para financiar una campaña electoral de cierta envergadura en caso de decidirse, amén del apoyo de muchos empresarios y sectores dirigenciales.
Junto con esos puntos está quizá el más importante: el contexto de competición política con el que se enfrentaría Acurio en una posible carrera electoral el 2011:
- Castañeda Lossio: falto de carisma e impopular fuera de Lima (y cada vez menos popular dentro de ella). Tradicionalmente ningún alcalde de Lima gana la Presidencia de la República, y el zombie Castañeda, aún contando con el apoyo del aparato aprista, no parece ser la excepción.
- Keiko Fujimori: inexperta y capaz de despertar grandes sentimientos en contra por el pasivo del fujimorismo. El peligro de un nuevo gobierno fujimorista es principalmente la inestabilidad que puede generar al ser capaz de consolidar un gran sector político en su contra.
- Ollanta Humala: ya no cuenta con el factor sorpresa, además de haber demostrado un criterio bajísimo en su lista parlamentaria y en el manejo de ella como líder. Su relación con Chávez va unida directamente proporcional con el rechazo que este mandatario extranjero genera en amplios sectores del país. Para el 2011 estará relacionado con un Chávez sumamente desgastado y de salida en Venezuela.
- Yehude Simon: posible candidato de una parte de la izquierda en caso que Susana Villarán o Javier Diez Canseco no quieran atomizar su parte de la torta, es poco conocido y a pesar de su gestión aceptable como presidente regional, siempre susceptible de ser relacionado con las acusaciones de su cercanía pretérita con el MRTA, sean éstas ciertas o no.
Por no mencionar las pocas cartas propias que tiene el APRA después de Alan García o el infortunio que parece perseguir a una Lourdes Flores sin control sobre su bancada del PPC, la carretera pareciera estar asfaltada.
Con este panorama, puede ser que Gastón Acurio al menos contemple la posibilidad de incursión en política. Su capacidad de arrastre podría ser notoria en todo caso como cabeza de lista parlamentaria, casi siguiendo los pasos de su padre, parlamentario por Acción Popular. Para quienes están cansados de Gastón por aquí y Gastón por allá, ármense de paciencia: quizá el triunfo culinario y empresarial no sea la última sorpresa que nos guarde este notorio personaje.
Finalmente, la pregunta del 2011 es si de nuevo votaremos en contra de alguien o a favor de alguien. Personalmente yo lo consideraría después de ver quienes acompañarían en la lista parlamentaria una posible candidatura a la Presidencia de Gastón Acurio, aunque probablemente él considere más cómoda y feliz su vida tal como está.