26.3.09

"So Say We All!" retumba en la ONU

Invitados para debatir los temas éticos y políticos que aborda la serie, los actores y productores de Battlestar Galactica asistieron a la sede de las Naciones Unidas este 17 de Marzo en una oportunidad insólita para los responsables de una serie de televisión.

Esto era algo magnífico dadas las circunstancias del final de la serie, pero no podíamos augurar la intervención de Edward James Olmos, el actor que encarna al Almirante Adama. Después que uno de los moderadores enmarcara el evento dentro de los esfuerzos de la ONU para salvarguardar la igualdad de las personas sin importar cultura, raza o género, Olmos, viejo activista social, demostró que los grandes gestos no solo son exclusivos a su épico personaje:

- Encuentro increíble que sigamos usando la palabra raza como determinante social - dijo el old man - no debieron invitarme aquí, porque no existe tal cosa como "raza".

Olmos se dirigió a los jóvenes en la audiencia y señaló que había pasado 37 años de su vida luchando para que no se distinguieran las razas, que no habían caucásicos, latinos o asiáticos.

- Solo podemos hablar de una raza, y esa es la humana. So say we all!

Y si eso no era alucinante, entonces lo alucinante.

Quedan las imágenes para testificar que no miento: la audiencia representante de las Naciones Unidas repitió So say we all!. Olmos exclamó otra vez con más fuerza So say we all! y los asistentes respondieron con la misma intensidad.

Espero que entiendan un poco del inglés, aunque no es necesario llegando al 02:50



Estoy estudiando Relaciones Internacionales y a la vez soy un furioso fan proselitista de Battlestar Galactica y admirador de Edward James Olmos. Me controlaré para no ser hiperbólico y sólo diré que no extrañaría un riñón si pudieran trasladarme en el tiempo y espacio para poder presenciar vivamente ese instante.

20.3.09

Adiós, Battlestar Galactica

La he recomendado encarecidamente desde hace unos años y ahora, finalizada la historia, lo hago con muchas más razones: el último episodio Battlestar Galactica ha terminado hace unas horas, poniendo punto final a una obra maestra. La serie ha durado cuatro temporadas y ha sabido terminar con gloria y tripas, tal como comenzó, tal como transcurrió.

Ha conseguido convertirse en la mejor serie de ciencia ficción jamás vista en TV y una de las mejores a nivel global. Para no hablar de sus logros dramáticos, actorales, musicales, de montaje y de producción, también puedo mencionar que fue un espejo de los fantasmas que rondaron Estados Unidos y, por contagio, al mundo occidental después del 11-S.

Battlestar Galactica, recreada en la space opera, ha reflejado con mejor fidelidad muchas más preocupaciones propias de esta década que las series contemporáneas ambientadas en una realidad más inmediata: el manejo de una catástrofe que cambia el statu quo dramáticamente, el enfrentamiento entre el poder civil y militar ante una crisis, el dilema de mantener una democracia en circunstancias adversas o dar las prerrogativas a la ley marcial, la pregunta si una forma de convivencia merece ser defendida, la ocupación de una nación, el terrorismo, y, algo que muchos no solo en Norteamérica necesitan oír, en qué lado de un combate se encuentra Dios. Battlestar Galactica está llena de oscuridad y desesperanza, de personajes que ya no pueden más con la adversidad y regularmente sucumben ante el miedo, la autoaniquilación o la ira.

Todo ello acontece en una historia a una gran distancia cósmica, tanto espacial y temporal, en tanto que series con "los pies sobre la Tierra", en mi opinión, quedan a su lado como productos más ligeros y alejados de los grandes problemas contemporáneos. Esto es otro punto para la ciencia ficción, a la postre en su versión más convencional: una aventura en el espacio exterior.

Ciertamente falta un telefilme, The Plan, complementario a la historia principal. Y una serie ambientada en una época anterior, Caprica. Aunque no pienso perdérmelas, eso no cambia que la jornada haya llegado a su fin.

El último capítulo de la serie ha sido cerrar el libro y despedir a personajes entrañables que aprendimos a querer como el almirante William Adama y su tripulación, la presidenta Roslin o Gaius Baltar y Caprica Six. También decir adiós a una vieja amiga, la nave Galactica, que nos ha llevado a tantas costas y revelado tantos puertos.

Un brindis por la Galactica. So say we all.